El grupo yihadista está fortificando su presencia en la ciudad estratégica de Sirte
Sirte.-En medio del caos libio, el grupo terrorista Daesh se ha hecho fuerte en la estratégica ciudad de Sirte, atrayendo la atención de la cabeza siria e iraquí de la organización, que está trasladando a decenas de sus altos cargos al país norteafricano.
Fuentes afiliadas al Daesh en Sirte apuntan que decenas de comandantes del grupo terrorista, que controla vastos territorios en Siria e Irak, se habrían trasladado a Libia, donde el Daesh está fortificando su presencia en Sirte al tiempo que dirige cada vez más numerosos ataques a las instalaciones petroleras del área más rica en «oro negro» del país.
«Hay evidencias de que comandantes (del Daesh) que estaban antes en Irak y Siria se han trasladado a Libia», confirma a ABC Claudia Gazzini, investigadora para libia del thinktank Crisis Group.
Estas informaciones, a las que se unen reportes de fuentes en Mosul citados por la agencia ARA, señalan además el cada vez mayor flujo de milicianos iraquíes, sirios y extranjeros a las zonas bajo dominio del grupo en Libia, que además de Sirte y ciudades vecinas como Nawfaliyah, Harawah o Bin Jawwad, controla más de doscientos kilómetros de costa, mantiene sus posiciones en Bengazi y se resiste a abandonar Derma, antigua base del grupo en Libia.
Según testimonios de residentes en Sirte recogidos por el portal «Libya-Analysis», fuerzas del Daesh habrían confiscado más de 650 casas vacías para acomodar a nuevos combatientes extranjeros, que se unirían a los cerca de 3.000 milicianos que la inteligencia estadounidense calcula que cuenta el grupo en el país.
La puerta de Europa
El flujo de comandantes y milicianos se ha incrementado en los últimos meses, en un intento de reforzar su presencia en uno de los países más deseados según su propaganda: Libia es al mismo tiempo la «puerta a Europa» y a África.
Sirte se ha erigido como bastión del grupo islamista, que se encontró con la invitación de la propia población, acosada por las milicias revolucionarias de Misrata. Gradualmente, el Daesh se consolidó a sí mismo como «la única opción para dar seguridad» a la población de Sirte, sin apenas contestación de otros grupos islamistas, como sucedió en Derma, donde se enfrenta a grupos afines a Al Qaida.
Sirte es además una ciudad estratégica, a mitad de camino entre Bengazi y Trípoli, así como la encrucijada entre las carreteras que cruzan Libia de este a oeste y de norte a sur. Una vez asegurada la ciudad y poblaciones aledañas, Sirte se ha convertido en el fortín desde el que el grupo ha organizado decenas de ataques contra instalaciones petrolíferas, como Ras Lanuf o Sidra.
El Daesh en Libia no oculta su intención de bloquear la creación de un Gobierno de Unidad nacional atacando a la principal fuente económica del país, buscando general su bancarrota y aumentar las disidencias entre las distintas milicias y gobiernos en Tobruk o Bengazi.
Cada vez más activo y perfectamente capaz de perpetrar atentados, como demostró el pasado 8 de enero cuando un camión bomba mató a al menos 65 reclutas en Zlitán, el Daesh se ha convertido en objetivo de Estados Unidos, que en la última semana ha barajado la opción de una segunda intervención militar en Libia.
Joshep Dunford, general del cuerpo de marines y oficial militar estadounidense de alto rango, señaló el viernes a Reuters en Paris que era necesaria «una acción militar urgente y decisiva» para acabar con la expansión del Daesh en Libia, además de advertir que el grupo yihadista pretende usar este país como base regional.
Desde la caída del dictador Muamar Gadafi en 2011, Libia se ha convertido en un estado fallido dividido entre las milicias, grupos yihadistas afines a Al Qaida o al Daesh y sin un gobierno efectivo.
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