Contabiliza Acapulco 38 muertos,
algunos que aparecen en las playas
Osvaldo Calderón
Acapulco, la cuarta ciudad más violenta del mundo y que otrora fuera en Semana Santa punto de encuentro de la jet set internacional, continúa con su espiral de violencia que ya no respeta ni fechas ni lugares sagrados, y pese a los casi 4,500 efectivos de fuerzas de seguridad enviados esta Pascua a la paradisíaca urbe, van ya 28 muertos en este periodo vacacional, con algunos de los cadáveres aparecidos en la misma playa, reveló el mundo.
Hasta ahora el puerto, zona turística, era la parte "blindada" de Acapulco en la que no se había introducido con fuerza el crimen organizado, pero muertos y turistas comparten en estas fechas las playas. "En la zona operan redes de extorsión que les cobran a los negocios locales y a los vendedores ambulantes un impuesto del 15%", explica la consultora sobre el crimen en América, Insight Crime.
En el destino se desarrolla una guerra cruenta de pequeños grupos narcos que pugnan por controlar el territorio, algo que afecta a todo el estado de Guerrero, al que pertenece Acapulco, y que es en la actualidad el más violento del país con una media superior a los 50 asesinatos por cada 100.000 habitantes, lo que ha llevado a que más de 17.000 miembros de las fuerzas de seguridad se hayan desplegado en Guerrero estas vacaciones.
Acapulco, no obstante, registra unas altas cifras de ocupación hotelera, "cercana al 90%", según explicó el presidente municipal, Evodio Velázquez, aunque de un turismo muy diferente al de algunas décadas y que se nutre especialmente de las clases medias y bajas de Ciudad de México ante el abandono mayoritario de la alta sociedad nacional e internacional
Trascendió que siete personas fueron asesinadas entre el jueves y el Viernes Santos en el centro veraniego de Acapulco, a 450 km al sur de la capital de México, que vive una inusitada ola de violencia con 38 muertos en sólo una semana.
En la noche del jueves pasado un comando de tres jóvenes irrumpió en un centro nocturno a 50 metros de la avenida costera Miguel Alemán, y mató a una bailarina y a un cliente. Al día siguiente la policía encontró los cuerpos desmembrados de otras dos personas en una zona cercana. Y ese mismo día, en plena Semana Santa, asesinaron a otras tres. Todos estos crímenes se deben a los enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes.
Para tratar de frenar la violencia narco, el gobierno del Enrique Peña Nieto envió 1.000 efectivos de la policía, el Ejército y la Marina. Hasta hace unos meses, los asesinatos ocurrían en los barrios marginales ubicados lejos de la zona turística, pero en las últimas semanas comenzaron a producirse en la playa y en la costanera.
Los empresarios turísticos lanzaron en días pasados la voz de alerta a las autoridades para que brinden las medidas de seguridad necesarias para retener al turismo nacional, sobre todo procedente de la ciudad de México, porque el turismo extranjero ya no suele visitar este paradisíaco lugar. Inclusive la población de la ciudad realizó numerosas demostraciones callejeras para clamar por seguridad debido al enfrentamiento entre diversos grupos criminales que se disputan el tráfico de drogas en el puerto.
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