Los gobiernos de China y Estados Unidos (EU) comenzaron las negociaciones para poner fin a su guerra comercial. Las dos economías más grandes del mundo expresaron su optimismo sobre el potencial de avances, pero ninguna de indicó que su postura haya cambiado.
El enfriamiento del crecimiento económico en ambos países está aumentando la presión para alcanzar un acuerdo.
Las negociaciones siguieron adelante pese a la tensión por la detención de una ejecutiva china del gigante tecnológico Huawei en Canadá por cargos estadounidenses relacionados con posibles violaciones de las sanciones comerciales a Irán.
El presidente Donald Trump impuso aumentos de aranceles de hasta 25% sobre importaciones de bienes chinos por valor de 250 mil millones de dólares en represalia por las acusaciones de que Pekín roba o presiona a las compañías para que le revelen su tecnología.
El presidente chino, Xi Jinping, respondió con medidas por valor de 110 mil millones sobre bienes estadounidenses, ralentizó los permisos de aduanas para sus empresas y suspendió la emisión de licencias en finanzas y otros negocios.
El crecimiento de China cayó a su nivel más bajo después de la crisis mundial, de 6.5%, en el trimestre que terminó en septiembre. Las ventas de automóviles cayeron 16% en noviembre con respecto al mismo mes del año anterior. La debilidad de las ventas de bienes raíces está obligando a los promotores a reducir sus precios.
Por su parte, la economía de EU creció a una tasa anual de 3.4% en el tercer trimestre y la tasa de desempleo está en su punto más bajo en cinco décadas. Sin embargo, las encuestas muestran que la confianza del consumidor se está debilitando debido a la inquietud de que el crecimiento se desacelere este año.
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